Amman

Amman puede que no sea la capital de las Mil y Una Noches, exótica, romántica y mágica. De verdad, no lo es. Sin embargo, es cierto que hay algo especial en la forma como está diseñada, con los colores claros de sus edificios que dan un tono monocolor, a juego con la tonalidad de la tierra que la rodea.

Y el mejor lugar para verlo es desde la Ciudadela, donde aparte de ruinas de templos romanos y otros monumentos destacados obtendrás una perspectiva fabulosa de 360 grados sobre el conjunto de la ciudad, pudiendo diferenciar claramente sus barrios históricos de los modernos, las cúpulas de sus mezquitas y ese toque monocromático que le da un encanto especial.

Aparte de la ciudadela, quizás el vestigio romano más interesante sea el Amfiteatro, una colosal estructura que puedes ver desde fuera o acceder para contemplar con más detalle desde su interior. Los romanos aprendieron rápido sobre la posición clave que Amman ocupaba en medio de muchas rutas de comercio de la antigüedad y se apresuraron a conquistar la ciudad.

Amman es, en todo caso, una ciudad bastante cosmopolita, abierta de mente y enfocada al futuro, con gente amable y hospitalaria dentro de lo que cabe esperar en una ciudad moderna donde la gente va ajetreada con sus quehaceres diarios. La comida es quizás otro de los platos fuertes de la ciudad, con una variedad culinaria muy importante, quizás fruto de este intercambio comercial constante, con caravanas que provenían desde los confines de Asia, Africa, Europa y Arabia se encontraban en las calles de Amman.